1. Presenta la buena práctica que hayas elegido.
La práctica que he elegido se titula ¿Me enseñas?¿Te enseño?. Dicha práctica se encuentra programada dentro de la Guía de Actividades y Servicios Educativos, del Ayuntamiento de Terrassa.
Esta actividad pone en contacto dos grupos de edad bastante separados entre sí: menores de entre 3 y 6 años, y mayores de 70 que residen en un mismo municipio. En concreto, son los centros educativos del municipio los que, a parte de la docencia reglada que deben impartir durante el curso escolar, pueden programarla en su oferta educativa. Los menores visitan un Centro de Mayores donde conviven durante unas horas, y los mayores les cantan habaneras y teatralizan una historia en el mar. También se organizan unas partidas de tenis mesa y de petanca, que son deportes que no suelen tener interiorizados los menores.
Mediante la buena práctica elegida lo que se pone de manifiesto es que hay colectivos que entre sí, aparentemente, no se necesitan pero que se compenetran perfectamente. Y es esa compenetración lo que les complementa el día a día, lo que produce un cambio en sus rutinas y enriquece su experiencia. Son precisamente esos espacios de desarrollo conjunto los que permiten compartir experiencias y pasar un rato agradable, tanto aprendiendo de los mayores como recordando las hazañas de cuando eran niños.
La actividad elegida es una práctica de educación en valores, de compartir juegos populares y canciones antiguas con pequeños que no las conocen. Se trata de una actividad intergeneracional, donde ambos acaban cantando y disfrutando de la cultura en un espacio poco habitual para algunos como es un centro de mayores.
2. Analiza el ámbito o ámbitos en el que actúa esa buena práctica.
La marginación de las personas mayores es una discriminación presente en la sociedad. Estamos bajo la creencia que los mayores no saben cosas, o que se olvidan de ellas, incluso que estorban en el día a día. Parece como que sólo las personas entre 30-50 años, blancas, heterosexuales y de clase media, tienen cosas a aportar a la sociedad y no es así.
Por otro lado tenemos a los menores, un colectivo esponja que precisamente en esos primeros años de vida son fuente de aprendizaje, de puro amor, de compartir todo lo que tienen y de no estar viciados por la sociedad. El colectivo de 3-6 años, lo que suele tener en exceso es energía, cosa que a algunas de las personas mayores ya les va faltando. Por contra, lo que les falta a los pequeños es conocimiento, y de eso los mayores tienen gracias a toda su trayectoria.
Ese compartir la mañana con los abuelos es algo que vean diferente. Muchos de ellos tal vez no tengan abuelos con edades superiores a los 60 años, y mucho menos bisabuelos.
Desde los servicios de Educación y de Gente Mayor se pretende fomentar esa interrelación, ese espacio compartido, evitar la soledad no querida que también está presente en el municipio. Este centro de mayores precisamente es un espacio sociocultural, que linda con unos pisos tutelados. Y es en el centro de mayores donde pasan muchas de sus horas.
A parte de enseñar a escribir, a leer y algunas cuentas o vocabulario, las actividades no curriculares que ofrece la Guía son fuente de aprendizaje distendido por la ciudad.
3. Comenta, si los conoces, el impacto y resultados que ha tenido o tiene esa buena práctica. Si desconoces esa información, comenta entonces el impacto y resultados que consideras que podría tener.
Posiblemente esos menores cuando salen del centro de mayores vuelven a casa tratando de transmitir a sus padres la canción aprendida, o la partida a la petanca jugada, cosa que sus padres probablemente tampoco hayan compartido con ellos porque es algo “antiguo”, “arcaico”, “analógico”, “no está de moda”, y “no está en las redes sociales”. Por otro lado, las personas mayores lo que obtienen con esa actividad lúdica compartida son horas de distracción, de entretenimiento, interiorizan espacios de cariño y de compañía que igual no tendrían en el día a día.
En una sociedad en la que predomina el trabajar para pagar, no te permite parar y compartir esas pequeñas cosas con seres queridos, conocidos o otras personas del municipio.
La práctica elegida lleva varios años formando parte de la oferta de la Guía de Actividades, y no está previsto eliminarla. La actividad se limita a una visita / sesión grupal al día, y como mucho con 50 menores. Con ello lo que se pretende es ofrecer un espacio de calidad sin saturar ni poner nerviosos a los mayores tampoco.
Durante todo el curso escolar se acostumbra a organizar la actividad los lunes, en la franja horaria de 9:30 a 11h, y se suelen hacer unas 22-24 sesiones. Por tanto, es una de las medidas de envejecimiento activo que se promueve desde el consistorio.
La actividad no tiene coste alguno para un colectivo ni para el otro. Los menores asisten andando desde las escuelas o en autobús que sí que paga el centro educativo, mientras que los mayores ya residen en las viviendas próximas y asisten habitualmente al centro de mayores. Solamente interviene una técnica municipal que coordina la actividad y ya la tiene integrada en sus funciones habituales retribuidas.
4. ¿Qué puntos fuertes y qué debilidades consideras que tiene esta buena práctica?
Debilidades:
- Pienso que se podría hacer extensa a una franja de edad superior, tal vez hasta los 8 o 10 años. No se trata de ridiculizar a los abuelos, ya que los menores cuando empiezan la etapa pre-adolescente se acostumbran a burlar de todo ser que no se asemeje o encaje con él. Pero sí de aprovechar esas interacciones, y que los menores puedan hablar un ratito con los mayores.
- Actualmente sólo se ofrece la actividad en un espacio en concreto como es el Casal de la Gent Gran Anna Murià ( Centro sociocultural de mayores). Tal vez se podría valorar que se ofreciera en otros equipamientos, y hacer partícipes a más personas mayores en situación de soledad no querida, o de vulnerabilidad residencial o similar.
Fortalezas:
- los vínculos afectivos y anímicos que promueven los espacios intergeneracionales es algo bonito de ver y de oír. Esta actividad cuando finaliza genera una alegría y una sonrisa en muchos de los mayores que es digna de admirar. Ver cómo transmiten ese conocimiento y se hacen entender con los pequeños es satisfactorio para todos ellos.
- que no se pierdan los juegos tradicionales de la calle, que no se pierdan las canciones antiguas, que se promueva ese compartir conocimiento de generaciones distintas. Esta buena práctica trabaja en esa linea y pienso es un punto a favor del buen hacer.
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